La séptima entrega de reconocimientos UHARI a mujeres destacadas que otorga el Instituto de las Mujeres Irapuatenses (Inmira), encabezado por Susel González Ibarra, reconoció el esfuerzo realizado por mujeres irapuatenses en ámbitos culturales, de historia, educación, salud, labor social y apoyo rural.
Las 7 mujeres galardonadas este año se distinguen por realizar acciones en beneficio de los ciudadanos del municipio, así como por trabajar por las mujeres en la parte profesional y emocional, lo que las hizo acreedoras a tal distinción.
Todas han enfrentado obstáculos y han salido victoriosas por el gran valor y dedicación con el que realizan sus actividades día con día.
El presidente municipal Sixto Alfonso Zetina Soto, reconoció el esfuerzo de las galardonadas y sus familias, y comentó que se siente orgulloso de que el 60% de su gabinete esté formado por mujeres que trabajan con esfuerzo y dedicación para lograr una mejor sociedad.
“Me queda claro que la mujer es trabajadora, es entregada y es apasionada, y sobre todo lo más importante, no ve obstáculos para poder lograr las cosas, veo ese ímpetu y ese valor para salir delante de cualquier adversidad”, dijo el edil.
Zetina Soto hizo hincapié en reconocer a las dos mujeres que recibieron el galardón póstumo Guadalupe Ramírez de Mijangos y Guillermina López Bravo, grandes mujeres que apoyaron el desarrollo de Inmira y otras instituciones para la mujer.
“El compromiso es seguir trabajando para que la mujer pueda tener mayor participación (…) a todas las responsabilidades que ustedes tienen como madres de familia, como profesionistas y muchas veces como pilar de un hogar”, indicó Zetina Soto.
El reconocimiento de Labor Social, se le entregó a María Mercedes Ascencio Hernández, directora de la fundación Redes de Amor, quien desde joven ha sido una mujer comprometida, con el sentimiento y la entrega de siempre ayudar al prójimo y a los más necesitados.
“Es una emoción muy grande, no alcanzo a expresar lo que siento dentro de mi corazón, mi entrega es algo que sale del corazón y me encanta poder hacerlo para mi prójimo, el humilde y los necesitados, si Dios mandó esto por algo es”, dijo la galardonada en Labor Social.
Martha Rosalba Alfaro Partida, parte del Instituto de Cultura del municipio, obtuvo el galardón por su contribución al desarrollo cultural de la ciudad, por ser una mujer fuerte y capaz de expresar amor y reconocimiento mediante el baile y la danza.
“Tengo mucho agradecimiento por el instituto y por todas las personas que han colaborado en mi formación como maestra de danza, a mi familia por siempre apoyarme, además de todos los que han participado en Casa de la Cultura”, dijo Alfaro Partida.
María Gracia Roque Díaz de León, actual jefa de la Jurisdicción Sanitaria VI, es una mujer orgullosamente irapuatenses, graduada como Médico Cirujano, entregada a la atención del sector salud, fue la ganadora de la categoría Ciencia y Salud.
“Estoy muy emocionada, nunca he trabajado por un premio, me gusta lo que hago, si la vida comenzara de nuevo volvería a estudiar lo mismo y haría lo mismo, estoy muy contenta con lo que hago”, dijo la ganadora del reconocimiento de Ciencia y Salud.
Asimismo, recibió el reconocimiento de Apoyo Rural, Margarita Murillo Zavala, quien es representante de las comunidades San Francisco de la Charca, San José de Jorge López, El Nido y Vista Alegre, tiene como objetivos de vida desarrollar habilidades y conocimientos en busca del beneficio y prosperidad de los demás.
“Siento mucho gusto, porque no esperaba esto, todo lo que hago es con mucho amor y cariño, además de ganas para sacar adelante a familias que lo necesitan todo, me gusta es ayudar sin recibir nada a cambio”, expresó.
Francisco Mijangos asistió a la ceremonia de premiación para tomar el reconocimiento en nombre de su esposa Guadalupe Ramírez de Mijangos, quien trabajó arduamente para formar el Instituto de la Mujer, y entregó lo mejor de sí para que se reconocieran los derechos de las mujeres en Irapuato.
Silvia López Bravo recibió con lágrimas en los ojos el galardón destinado a su hermana Guillermina López Bravo, quien dedicó 50 años de su vida en la educación de jóvenes y adultos en Irapuato, Abasolo y Dolores Hidalgo, y fue una mujer comprometida con las mujeres, a quienes les enseñó sus derechos.
