Alejado de la política, el doctor José Ángel Córdova Villalobos se dedica a atender a sus pacientes en su consultorio de la Zona Centro de León.
Después de ser Secretario de Salud y de Educación en la Administración pasada de Felipe Calderón, ahora ejerce de forma más tranquila su profesión en una casa en Melchor Ocampo y Aquiles Serdán, que comparte con otros médicos.
Nunca dejó de lado la Medicina para dedicarse a la política, pero hoy lleva un ritmo de vida más tranquilo porque sus obligaciones en el Gobierno federal le exigían gran dedicación.
“Mi vida nunca ha sido tranquila porque soy muy inquieto, pero por supuesto que cuando estaba en esos cargos era hiperacelerada y exigía demasiado esfuerzo, que no me arrepiento, claro, pero ahora llevo una vida otra vez un poco más tranquila”, dijo.
Aún así continúa viajando a la Ciudad de México entre semana, por eso sólo viernes y sábado por la mañana da consultas, como lo hizo durante su paso por el Gobierno federal, y practica alguna que otra operación.
“Soy médico de vocación y de corazón, la Medicina me gusta mucho, me gusta tratar de ayudar a los pacientes, me gusta operar también aunque obviamente cada vez lo tensa a uno un poco más, pero también la cirugía y la endoscopia son mis pasiones”, compartió.
Aseguró que debido a que no abandonó del todo su vocación como médico no le resultó difícil retomar la actividad, y continúa combinando sus actividades profesionales.
Los proyectos que tiene en puerta están relacionados con la creación de una fundación enfocada a temas de la salud y de educación, por ahora se están definiendo las bases, la misión, la visión y los objetivos.
También una de sus prioridades es concluir un libro de gastroenterología que escribía en conjunto con unos colegas franceses pero que no había podido terminar debido a su carga de trabajo.
Córdova Villalobos informó que le han pedido apoyos como consejero de algunos grupos religiosos y empresariales, para los que tiene total disposición.
La esposa del doctor, la señora Gabriela Gallardo, así como una de sus cuatro hijas, su yerno y dos nietos, viven en León; como por nueve años él vivió en la Ciudad de México sus otras tres hijas se establecieron ahí, por lo que las visita con frecuencia.
“Por los proyectos personales sacrifica uno tiempo que les pertenece a ellos o a ellas y ahora podemos convivir más, se nos complicó porque tres de las cuatro (hijas) están en México y una aquí, hay que partirse en dos para poder tratar de convivir lo más que se puede.
“Poder ver también a mis papás que son de edad avanzada y afortunadamente viven los dos, cuando puedo estar aquí voy todos los días si puedo para ver cómo están y creo que es algo que siempre trata uno de recuperar, aunque lo perdido nunca se recupera”, externó.
El doctor Córdova destacó que su participación en la política obedeció a que los ciudadanos siempre se quejaban porque los políticos no hacían las cosas bien, pero nunca se comprometían para tratar de mejorarlas.
Entre los aprendizajes que le dejaron sus cargos públicos está que pudo darse cuenta de que existe la posibilidad de multiplicar los beneficios para los mexicanos y que se puede avanzar si existe voluntad.
El médico guanajuatense recalcó que hizo lo máximo que pudo de acuerdo a los tiempos y a las condiciones con las que contó, aunque nunca resultan ser como se requieren; pero no quedó insatisfecho.
“Me siento bastante contento con lo que pudimos hacer, creo que ya podemos decir con tranquilidad que ya no nada más en algún momento nos quejamos de la política en México, sino que ahora contribuimos a tratar de mejorar”, detalló.
A pesar de no haber renovado su militancia en el Partido Acción Nacional, aseguró que la política no quedará fuera de su vida pues todavía le interesa, y si existe la oportunidad de volver a participar, en beneficio de los ciudadanos así lo hará.
“No puedo decir ‘de esta agua no beberé’, por supuesto que es algo que me atrae, la experiencia para mí fue muy positiva y si vuelve a haber oportunidades de participar en donde tengamos la certeza que hay democracia y libertad de expresión y un deseo real de mejora para los demás y no de mejora personal, pues ahí estaremos involucrados ayudando a los demás”, afirmó.
