Desde hace 6 años, los estudiantes de la escuela primaria de la comunidad de Copales conviven con aguas residuales.
Hasta hace 2 meses las aguas negras comenzaron a tratarse, pero aún así el olor es fétido, hay plagas de moscos y la pared está a punto de colapsarse debido a que el líquido llega hasta las instalaciones de la institución.
J. Carmen García Acosta, habitante de Copales, relató que asisten al plantel 118 niños distribuidos en los seis grados de educación.
El drenaje de la comunidad pasa muy cerca de la escuela, los habitantes planearon obtener recursos para entubar y dirigir el agua hacia el arroyo, que también atraviesa por el poblado Coalanda.
Sin embargo ese proyecto no convenció al otro poblado, que para evitar que el agua desembocara en el cauce, los pobladores colocaron un bordo de tierra para que el agua que pasaba por la escuela se estancara y evitara llegar hasta el arroyo.
Desde hace seis años, el líquido se encharca en la primaria y afuera, hasta hace 2 meses los habitantes de Copales comenzaron a tratarlo, pero aún así los niños corren el riesgo de contraer alguna infección.
Los niños en recreo tienen que comer entre los charcos debido a que no cuentan con desayunador, las mamás les llevan los alimentos y tienen que esperarlos entre el riachuelo de agua sucia.
“Igual hay gente que se ha enfermado pero no lo atribuyen directamente a eso (aguas residuales), el Centro de Salud envió un documento que eso que está ahí puede provocar una epidemia de hepatitis y no se ha hecho caso. Todavía le faltan hacerle exámenes al agua para que se declare que está 100% limpia y no se han hecho”.
Margarita García León comentó que han intentado derribar el bordo, pero las consecuencias son peores porque la población de la comunidad han agredido a la de Copales.
