En el Día de las Madres, honor a quien honor merece, y reconocimiento a las madres trabajadoras, quienes además de laborar con los hijos en casa, desempeñan un trabajo o brindan un servicio a la ciudadanía.
Hoy mencionamos a una madre que divide su tiempo entre los amores más grandes de su vida, su hijo, su matrimonio y la Cruz Roja.
Bárbara Arriaga Aguiñaga inicia su ajetreado día a las 5 de la mañana, deja lista su casa, las cosas para su esposo y su hijo, entra a las 7 de la mañana a cubrir su turno en Cruz Roja, checa los faltantes en las unidades, entrega material a los voluntarios para equipar las ambulancias, recibe la cabina de control y a trabajar, recibir las llamadas de socorro, las atenciones en el lugar, preparar equipo, salir a comer y regresar, para terminar turno a las 7 de la tarde.
Desde hace 18 años pertenece a la Cruz Roja, y a pesar que en su labor como voluntaria estuvo involucrada en 4 accidentes, tres de ellos incluso requirió de collarín por la lesiones en cervicales y en otra ocasión incluso estuvo en silla de ruedas; dedicó 22 días de su tiempo para ayudar en la inundación de Tabasco, en servicio como voluntaria de la Cruz Roja.
Estando en esta institución conoció a quien hoy es su esposo, Joel Caleb Hernández, voluntario de la Cruz Roja en Salamanca, Bárbara dijo: “Si alguien duda del amor a primera vista yo lo comprobé, fue tal mi amor, que cambió hasta mi sentir en cuanto a ser mamá, siempre dije que no tendría hijos, conocía tan de cerca el dolor de las mujeres al ser madres, el dolor y la preocupación de quienes siendo madres lloraban las heridas o accidentes de sus hijos, que siempre pensé que no quería ser mamá”.
“El amor te cambia la perspectiva, amo a mi esposo y bendigo todos los días la oportunidad que Dios me dio de ser mamá y tener a Elián Azadiel”.
Bárbara es una de esas mujeres que ama ser mamá y disfruta el proceso, como cualquier mamá sufre el posible dolor de su hijo y tal vez siempre esté presente esa angustia, pero sabe que mientras ella y su pareja estén ahí, Elián estará bien cuidado, y sabe que con su trabajo también está educando a su hijo en el servicio al prójimo.

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